
Los resultados, que podrían ser extrapolados al comportamiento de las personas, han sido publicados en la revista Physiology and Behavior.
Mientras que estudios previos habían demostrado que las ratas que reciben más caricias y atención materna presentan menor ansiedad en la etapa adulta, esta nueva investigación demuestra que las interrelaciones con los hermanos también tienen importantes repercusiones en la vida adulta.
Según indican las autoras del estudio, Roser Nadal y Rosa María Escorihuela, “los primeros años de vida son muy importantes para el desarrollo de nuestro sistema nervioso y para nuestro comportamiento en la madurez”. Aunque la investigación se ha llevado a cabo con ratas, un modelo de experimentación animal, “se trata de un modelo muy útil para estudiar el efecto de las experiencias tempranas sobre el comportamiento de la persona adulta”.
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